La Zartain dantza (lit. Baile de la sartén) de Baztan es una danza juego, un baile de sillas. Las sillas (Kataderak) se colocan en círculo y los dantzaris bailan por dentro de él. Ha de haber una silla menos que el número de dantzaris. Uno de estos lleva una sartén y es quién decide cuándo se ha de detener la música y sentarse los dantzaris. A aquel que no consigue silla para sentarse se le mancha la cara con la sartén.
Como se ha dicho, estamos ante una danza juego de Baztan y, como casi todas las danzas juego de Baztan, se enseña en el contexto de los grupos de danza y las escuelas del Valle.
El P. Donostia recogió del txistulari Antonio Elizalde la melodía de esta danza en Amaiur, en 1919, y posteriormente la publicó en la revista Gure Herria bajo el nombre de «Danse de la Poêle» (Zartain dantza). La misma partitura se recogió en la colección de danzas de Baztan de Maurizio Elizalde, hijo de aquél. El P. Donostia dio una descripción de la danza en 1930:
On met des chaises, une de moins qu’il y a de danseurs. Ceux-ci se mettent en cercle plus ou moins élargi. Ils font ...leer más
On met des chaises, une de moins qu’il y a de danseurs. Ceux-ci se mettent en cercle plus ou moins élargi. Ils font des tours parmi les chaises, en dansant. Un des danseurs porte la poêle sur son épaule; c’est celui qui mène la danse, et dont les mouvements doivent être imités par les autres danseurs. Après quelques moments de danse, celui qui porte la poêle s’asseoit en disant: “yarri” (s’asseoir); ce que tous doivent faire. Mais étant donné que le nombre des chaises ne correspond pas à celui des danseurs, (il y en a une de moins), un des danseurs doit rester debout, faute de place. Celui là doit baiser la poêle, et qui la prendra à son tour pour diriger la danse. Celle-ci consiste en des sauts ou des pas [Se colocan las sillas, una menos que dantzaris. Se colocan formando un círculo más o menos grande. Se dan vuetas entre las sillas, bailando. Uno de los dantzaris llevan una sartén en su hombreo; es el que lleva la danza y sus movimientos deben ser imitados por los otros dantzaris. Tras unos momentos de danza, el que lleva la sartén se siente diciendo: “yarri” (sentarse), lo que todos deben hacer. Pero como ocurre que el número de sillas no se corresponde con el de dantzaris (hay una silla menos), uno de los dantzaris debe quedar de pie a falta de sitio. Este debe besar la sartén y la tomará entonces para dirigir la danza. Esta consiste en satos o pasos] (Donostia, 1930, s.m. 3).
Una descripción similar dan los Larralde:
Se colocan en círculo tantas sillas como dantzaris vayan a tomar parte en la danza, menos una. En su ejecución los dantzaris giran al compás de la música por el interior de las sillas, quedando el respaldo de estas hacia la parte exterior del círculo. El sentido de giro de la marcha es normalmente contrario al de las agujas del reloj, aunque de vez en cuando, los dantzaris, imitando al sartenóforo en todo gesto, invierto dicho sentido para darle más gracia y emoción a la danza-juego.
Uno de los dantzaris lleva una sartén que apoya sobre su hombro y cuando da un grito, tal como eup!, jarri! o ¡tambor!, todo los dantzaris se lanzan a ocupar una silla a la vez que el txistulari y el atabalari dejan de tocar. El dantzari que no ha logrado ocupar una silla, se dirige hacia el sartenóforo —que está sentado en una de ellas— y poniéndose de rodillas besa el envés de la sartén llena de pringue y hollín, con la que el sartenóforo le mancha la cara. Toma entonces el dantzari perdedor la sartén y vuelve a comenzar la danza, y así sucesivamente hasta que quede solamente un dantzari que no haya sido manchado.
Excepcionalmente puede el sartenóforo perder la silla, por lo que cederá la sartén al dantzari que se la ha arrebatado para que éste le tizne la cara, y posteriormente recuperarla y comenzar de nuevo la danza. También puede suceder que un dantzari pierda más de una vez la silla, entonces será manchado en el otro lado de la cara, en la nariz, frente, etc. (Larralde & Larralde, 1991, 38)