Ezkila fraile (lit. el fraile del cencerro) es una danza que ya no se baila.
Los dantzaris, colocados en una fila, debían seguir al primero en sus movimientos y repetir aquello que él hiciera. En el vídeo adjunto puede verse una reconstrucción de la Ezkila Fraile realizada por Andra Mari Dantza Taldea, de Galdakao.
La partitura de la Ezkila Fraile de Orreaga/Roncesvalles fue publicada por el Padre Donostia en 1921 en Euskal Eres-Sorta (Donostia, 1921, 188). No hay explicación a la coreografía, pero, siendo un pueblo limítrofe, quizá nos sirva la descripción que se recogió en Auritz/Burguete en 1927:
El típico baile de los «pañuelos» solía tener lugar en la plaza por la tarde; pero antes de comenzarlo ejecutaban los mozos cierta parodia, no exenta de su nota cómica. Formábase una hilera o cuerda de mozos, a los cuales dirigía en sus evoluciones el que pasaba por el más agil y ocurrente, que provisto de una correa obligaba a los demás a imitarle en sus gesticulaciones y movimientos. No era empresa fácil realizar todas y cada una de las maniobras de director de escena, al menos c...leer más
El típico baile de los «pañuelos» solía tener lugar en la plaza por la tarde; pero antes de comenzarlo ejecutaban los mozos cierta parodia, no exenta de su nota cómica. Formábase una hilera o cuerda de mozos, a los cuales dirigía en sus evoluciones el que pasaba por el más agil y ocurrente, que provisto de una correa obligaba a los demás a imitarle en sus gesticulaciones y movimientos. No era empresa fácil realizar todas y cada una de las maniobras de director de escena, al menos con la debida prontitud y precisión matemática y sin salirse ni un ápice de la fila. ¡Y había que hacerlo, de lo contrario le venia a uno el consabido correazo! ¡Y no de broma, que bien de veras le venía! Lo cómico solía ser cuando el cabeza de motín besaba a una vieja y los demás tenían que imitarle, bajo la acción siempre de la temible correa… Estas escenas causaban en el público la hilaridad que es de suponer. Conocíase este espectáculo con el nombre de «ezkila-fraile», no acertamos a explicarnos el origen etimológico de semejante palabreja, como no sea algún juego de los muchachos, v.g. el de las “cuatro esquinas” o el “marro”. Lo que sí es posible que el preámbulo este caricaturesco obedeciera a hacer tiempo para que se reunieran las jóvenes en la plaza; y una vez que el grupo de éstas se nutría lo suficiente para hacer la cuerda, comenzaba el baile (A. Irigaray, 1930, 190-192).
También fue recogida por Patxi Arraras (1983, 130). La descripción que dio de la coreografía no se aparta mucho de la que acabamos de ver para Auritz y apuntó a la similitud con la Isats dantza de Baztan