Es la segunda danza de palos. Musicalmente tiene frases que recuerdan a los Ttun ttunes de Izaba y Uztarroze. Se trata de un efecto buscado en la composición para recordar las relaciones entre los pastores del Valle de Roncal que acudían a la Bardena a los pastos de invierno y Cabanillas. Es un pieza rica en lo coreográfico por las diversas figuras que realizan los danzantes.