Día 7: Casa Mayordomo – Puente Medio – Iglesia – Plaza Obispo Gurpide-Casas alcalde y mayordomo; Día 8: Mañana: Casa mayordomo – Diana– Casa mayordomo – Muskilda – Casa mayordomo – Casa alcalde. Tarde: Casa mayordomo – Iglesia – Plaza de Blankoa
Geolocalización:
El día 7 es el día de vísperas de las fiestas patronales de Otsagabia, que se celebran en honor a la Virgen de Muskilda. Ese día, tras visitar a media tarde la casa del mayordomo del Patronato o Cofradía de Muskilda, los danzantes bailan Katxutxa y Jota vestidos con el traje de salacencos. Tras tomar algo ofrecido por el mayordomo, se encuentran con las autoridades en el Puente de Medio y continúan hacia la iglesia bailando el Pasacalles (que se interpreta en todos los desplazamiento...leer más
El día 7 es el día de vísperas de las fiestas patronales de Otsagabia, que se celebran en honor a la Virgen de Muskilda. Ese día, tras visitar a media tarde la casa del mayordomo del Patronato o Cofradía de Muskilda, los danzantes bailan Katxutxa y Jota vestidos con el traje de salacencos. Tras tomar algo ofrecido por el mayordomo, se encuentran con las autoridades en el Puente de Medio y continúan hacia la iglesia bailando el Pasacalles (que se interpreta en todos los desplazamientos). Una vez finalizada la Salve, bajan a Blankoa, donde bailan el resto de las danzas por este orden: Enperadorea, Katxutxa, Dantza, Modorro, Pañolo dantza y Jota. Después de esto, acompañan al mayordomo y al alcalde a sus respectivos domicilios y ahí termina su actividad o función por este día.
El día 8, en torno a las 8 de la mañana, los danzantes y el bobo, ya vestidos con el traje de danzantes de Muskilda, se reúnen en casa del mayordomo para desayunar, donde bailan Katxutxa y Modorro. A continuación, acompañan a los gaiteros en la diana por los distintos barrios de Otsagabia, para volver de nuevo a casa del mayordomo y seguir de allí hacia Muskilda. Sobre las doce del mediodía y ya en las inmediaciones de la ermita, comienzan a bailar el Pasacalles y en el pórtico de la misma, bailan dos danzas de palos y la Jota. Con la imagen de la Virgen en andas y colocados cuatro danzantes delante de ella y los otros cuatro detrás, se realiza una procesión en torno a la ermita, durante la que se baila el Pasacalles. De nuevo en el interior de la ermita, bailan una danza en su honor. Para terminar, el bobo en solitario y a continuación todos los danzantes a una, bailan la jota.
Acto seguido, los danzantes acuden a casa de la Serora a almorzar, mientras en la ermita se celebra la misa.
Tras la misa se regresa al pueblo. El recorrido y el ritual son los inversos a la subida. En Casa Larranbe, los danzantes se reúnen para dirigirse a casa del mayordomo. Los actos de la mañana concluyen con el acompañamiento hasta casa del alcalde.
Por la tarde, desde casa del mayordomo se acude a las vísperas bailando el Pasacalles y, una vez celebradas las mismas, se regresa a la Plaza Blankoa, donde ejecutan todo el repertorio.
Las danzas de Otsagabia se inscriben dentro de las actividades que se realizan en el Patronato de Muskilda y se ven reflejados en los “Paramientos y Usos del Patronato Mere Lego de Muskilda”, redactados en 1977:
“Los danzantes, establecidos de inmemorial, acompañan y honran a Santa María en solemnidades, gozos y procesiones”...; al efecto se “habrá de proveer respecto de todas las cosas necesarias y tocantes a su organización y buen orden...leer más
Las danzas de Otsagabia se inscriben dentro de las actividades que se realizan en el Patronato de Muskilda y se ven reflejados en los “Paramientos y Usos del Patronato Mere Lego de Muskilda”, redactados en 1977:
“Los danzantes, establecidos de inmemorial, acompañan y honran a Santa María en solemnidades, gozos y procesiones”...; al efecto se “habrá de proveer respecto de todas las cosas necesarias y tocantes a su organización y buen orden, cuidado y reposición de ropa, cintas, cascabeles, castañuelas, alpargatas, palos y demás equipamiento..., y a mantenerlos en su propia usanza, fuerza y ritmo”. Por lo común “el usual de danzas y bayles será el siguiente: primero los paloteados del Emperador, la Cachucha ó Trúlala, la Danza y el Modorro. Después, el Pañuelo. Finalmente la jota. Luego el Bobo da la voz ¡Viva la Virgen de Musquilda!, que contestan todos...” (López, 1998; 26)
Las primeras noticias sobre los danzantes de Muskilda datan de finales del siglo XVII y serán constantes a partir de entonces. Los pagos a los músicos, a los que van a buscarlos, o los relativos a las compras de materiales para la elaboración de los trajes se irán haciendo más abundantes conforme nos aproximamos al siglo anterior. Las primeras filmaciones proceden del segundo decenio del siglo XX, así como las primeras partituras y noticias periodísticas. De esas primeras informaciones parece que el núcleo inicial de danzas estaba formado por cuatro o cinco (tres o cuatro de palos y una de pañuelos) a las que durante el siglo XX se le añaden dos más.
No poseemos demasiados datos históricos de la secuencia del programa festivo de los danzantes. Sin embargo, es posible que sea uno de los elementos más fijos del ritual. Sí sabemos que antiguamente también se bailaba el día 9 para “el clero” (Villafranca, R. y Aldaia, A.M., 1996, 188) frente a la casa parroquial. Esta costumbre coincidió, posteriormente, con la celebración del día de hermanamiento con Atarratze (desde 1965), que se dejó de realizar a finales de los años 60 del siglo pasado.
Los lugares donde se han bailado las danzas también han modificado con los cambios de mayordomos en la cofradía. Igualmente, el lugar donde se realizan todas las danzas tras el recorrido, también ha sufrido modificación: antiguamente se bailaban “en la carretera, al lado de la fuente de León Liria” (Urbeltz, 1990; 31), que era entonces la plaza del pueblo.
La primera filmación es de 1923 y forma parte de los documentales denominados “Eusko ikusgayak”, filmados por Manuel de Intxausti para Eusko Ikaskuntza (EI). De hecho, en el II congreso de EI, bailaron los danzantes de Muskilda, tal y como informa El Pensamiento Navarro: “Pañuelo danza, errekea danza, makila danza y burrumbu danza” (Villafranca, R. y Aldaia, A.M., 1996, 107). En esas imágenes podemos ver por primera vez a los danzantes en acción. Las coreografías son las actuales salvo en Modorro. Tal y como apuntan Villafranca y Aldaya (1996), quizá lo más llamativo es el papel que cumple el Bobo durante la interpretación de las danzas, un papel que hoy en día podemos ver, casi exclusivamente, en la interpretación de Pañolo dantza.
Esta primera filmación se produce tras la actuación que el grupo de danzantes efectuó en Pamplona en 1920. A partir de entonces serán frecuentes las salidas fuera de la localidad: En 1925 se realizó en Madrid la Exposición del Traje Regional. La entidad responsable de recabar materiales de Navarra fue la Comisión de Monumentos de Navarra que se ayudó del trabajo del fotógrafo Roldán en sus tareas de documentación. Gracias a ese trabajo, contamos con un material fotográfico excepcional sobre los danzantes de Otsagabia. Esta colección se realizó a finales del verano de 1924, concretamente el día 7 de septiembre.
Casi como prolongación del éxito de la Exposición de 1925, en 1929 encontramos a los danzantes de Otsagabia en la Exposición Universal de Barcelona, junto a dantzaris baztandarras y luzaidarras.
A partir de ahí, las actuaciones fuera de Otsagabia formarán parte de la vida del grupo: A la Semana Vasca de Donostia, de 1930; en 1941 actúan en Iruña, en 1949 participan en el Certamen Provincial de Danzas; ese mismo año al Certamen Internacional de Danzas de Madrid, etc.
Ortzadar recoge en uno de sus informes que, tras la Salve, “bailaban los dantzaris. En esta ocasión, a los viejos también les gustaba bailar y se metían a bailar”(Ortzadar, 185/2)
Patrimonio relacionado:
La indumentaria. La ermita de Muskilda
MULTIMEDIA
Danzas de Otsagabia. 2015. Fuente: Eu Ugebis
Danzantes: Todos los danzantes son masculinos. Entre los danzantes, la ropa varía del día 7 al día 8. La ropa la guardaba la Serora de Muskilda y los danzantes se la recogían el día 6. Hoy en día, la ropa se guarda en locales del ayuntamiento: la ropa que ya no se usa, la antigua, en el archivo; y la ropa que se utiliza, en un piso del ayuntamiento que recibe el nombre de “ropero”. Desde hace unos ...leer más
Danzantes: Todos los danzantes son masculinos. Entre los danzantes, la ropa varía del día 7 al día 8. La ropa la guardaba la Serora de Muskilda y los danzantes se la recogían el día 6. Hoy en día, la ropa se guarda en locales del ayuntamiento: la ropa que ya no se usa, la antigua, en el archivo; y la ropa que se utiliza, en un piso del ayuntamiento que recibe el nombre de “ropero”. Desde hace unos años se contrata una mujer para las labores de lavado y mantenimiento de la ropa.
El día siete los danzantes visten con el traje tradicional salacenco: alpargatas y medias negras, calzones negros hasta por debajo de las rodillas, camisa blanca y chaleco negro. Sujetando los calzones, una faja ancha de color morado y en la cabeza el mismo gorro cónico que utilizan el día 8. En las piernas, cubriendo la parte superior de la espinilla, unas “chapas” (especie de almohadillas de piel) de piel blanca, donde se sujetan los cascabeles en número de 12, en tres filas verticales.
El día 8 los danzantes visten el traje del Patronato de Muskilda: Las alpargatas son trenzadas en rojo y llevan medias blancas, como la camisa y los calzones. La camisa está adornada con encajes (una especie de valona o esclavina que se ata al cuello) y los calzones con puntillas blancas en su extremo inferior. A la cintura llevan un gran pañuelo blanco atado por delante, en lugar de la faja, pero con más carácter ornamental que funcional. Cruzado al pecho, un echarpe de tela adamascada morada y dorada. Por encima de todo y cosidas a una cinta que rodea el cuello, un número variable pero abundante de corbatas de telas multicolores que caen hacia adelante y hacia atrás. Finalmente, en la cabeza un pequeño gorro cónico de tela adamascada y ribeteado y dividido en cuatro partes por galones dorados, llamado katxutxa. De su punta pende un abundante fleco multicolor de hilos de seda. Al igual que en la víspera, en las piernas, cubriendo parte de la espinilla, van las chapas con los cascabeles (12). Como complemento del traje, y para su utilización en el Pasacalles, los danzantes llevan dos castañuelas llamadas postizas.
El elemento principal de las danzas son los dos palos de boj, que también han sido llamados “trulalás” (EDB, 1984; 9). En alguna ocasión se han llegado a realizar también con acebo cocido (Urbeltz, 1990, 31).
Bobo:El Bobo lleva una indumentaria completamente diferente a la de los danzantes, salvo el día de la víspera (día 7) cuando viste como ellos, con el traje de salacenco.. Lleva una alforja para los palos de los danzantes.
El traje del Bobo es el que viste el día 8. Calza alpargatas blancas trenzadas en rojo y una media de color rojo y otra de color verde, sobre las que va una chapa con doce cascabeles. También ha vestido alpargatas de ambos colores, rojo una y verde la otra. Viste calzón y chaqueta de manga larga. El calzón tiene cada garra de uno de esos dos colores, arlequinado con la chaqueta. Tanto el calzón como la chaqueta son de paño y están adornados con galones dorados que, también, cubren las costuras. En la cabeza lleva el ya comentado casquete, denominado katxutxa, que también llevan los danzantes.
Para recoger los palos de los danzantes lleva una alforja.
Tiene, además, dos complementos más en su atuendo: una especie de verga realizada con cuero, que pende del extremo de una cuerda que cuelga de una vara de un metro, aproximadamente. Esta verga es utilizada para “golpear” a los danzantes en la danza denominada Pañuelo. El último complemento es una máscara bifaz, con una cara blanca y otra negra, que es utilizada durante Pañuelo dantza.
Evolución: Como no puede ser de otra manera, la indumentaria de los danzantes y del Bobo ha sufrido su propia evolución a lo largo de los últimos siglos. Las facturas de la compra de tejidos y materiales para la realización de los trajes, así lo atestiguan. Los trajes ganan en complejidad y variedad de materiales para su ornamento.
Los trajes de los danzantes de Otsagabia eran custodiados por el mayordomo, que los entregaba en la tarde de la víspera de fiestas. Era el traje blanco, que los danzantes envolvían en el pañuelo que llevaban en la cabeza (llamado “toca”, una especie de zorongo) para enviarlos a casa (EDB, 1984; 6). Los trajes estaban realizados en percal (algodón).
Los danzantes bailaban, y bailan, el día de la víspera con el traje de salacenco (tal y como se ha descrito), pero Arrarás da a entender que hubo años en que esto se dejó de hacer así y se bailaba de blanco:
A partir de 1974, y después de un estudio profundo, logré el que se modificara esta indumentaria con objeto de recuperar su autenticidad, y quedó reducida a un solo traje que es el siguiente: Calzón corto de paño negro ajustado bajo la rodilla y ceñido por faja azul turquí, camisa blanca, chaleco negro con pechera bordada, medias blancas de puntos, zapatillas negras de cuero con hebillas plateadas y en las piernas almohadillas de cuero con tres filas de cascabeles. Cuando no llevan chaleco usan la “echarpa”, cinta de brocatel cruzada al pecho… (Arrarás, 1983; 109)
Este traje se mantuvo durante siete años y luego se dejó de utilizar (EDB, 1984; 9).
Mientras los danzantes vestían con percal, el traje del Bobo se realizaba en bayeta y paño, que era teñido de color rojo y azul (en la segunda mitad del siglo XIX) y adornado con galones y botones. Con el tiempo, quizá por envejecimiento de los tintes, el color azul terminó en verde. Hoy en día el traje del Bobo se realiza en estos dos colores.
La utilización de la máscara y de la verga está limitada, hoy en día, a Pañuelo dantza, pero en la película “Otxagabia (Salazar). Muskilda’ko Ama Birjiñaren homenez, otxagabi’n urtero, iraila’ren 8’an izaten diran dantzak”, de 1923 (Eusko ikusgayak), el Bobo baila en Emperador-Errekeadantza con la máscara y no lleva la inscripción BIBA BOBO a la espalda, que sí aparece en algunas imágenes de comienzos del siglo XX.
El gorro del Bobo también ha variado. En las fotografías del año 1924 se puede apreciar que su gorro no era cónico, sino que era una especie de casquete de color morado. Hoy en día utiliza uno igual al de los dantzaris.
El número de cascabeles de las “chapas” también ha variado con el tiempo. En las fotografías más antiguas se ven doce cascabeles, pero posteriormente se cuentan nueve.
Otro cambio significativo es el de las alpargatas. En los documentos gráficos anteriores a los años 30 del siglo pasado, los danzantes y el Bobo aparecen siempre con la alpargata llamada “valenciana”. Los años 30 son de transición y podemos verlos tanto con alpargata valenciana, como con la alpargata blanca trenzada en rojo, que es la que se impone y permanece en nuestros días.
Las danzas de Otsagabia se bailan al son de las gaitas.
Los datos documentales sobre los músicos que acompañaban las danzas de Otsagabia son más bien oscuros hasta el siglo XIX, recibiendo distintas denominaciones como Julares, tamboreros o, simplemente, músicos (Villafranca, R. y Aldaia, A.M., 1996, 52). Dado que en el mismo pueblo no los había, se los buscaba “en Francia” (Ídem, 53).
Desde comienzos del siglo XIX tenemos noticias de gaiteros, si bien los asientos de pagos hablarán siempre en singular: gaitero. Estos provendrán de la merindad de Estella: Oteiza (Merino), Cárcar (Díaz), Morentin (Saralegui), Dicastillo (Echeverría). Con este último entramos en el siglo XX, en el que veremos que, junto a las gaitas, otros instrumentos animan las danzas. En efecto, los clarinetistas de la banda de Otsagabia son los que llegan a interpretar a clarinete las melodías de las danzas y, posteriormente, ellos mismos aprenderán a tocar la gaita. Llegaremos a mediados de siglo con los músicos otsagiarras. No serán los únicos que acompañen a los danzantes durante esta centuria: los gaiteros de Aoiz (Zalba), Pamplona (Lumbreras, Fraile, Díaz), Estella (Montero, Elizaga) y Lumbier también pasarán, a lo largo de los años por las fiestas de Otsagabia.
Las primeras partituras aparecen en 1925 y están firmadas por un hijo del gaitero pamplonés Lumbreras que, entre 1922 y 1924 tocó en Otsagabia. Villafranca y Aldaia aventuran que puedan tener su origen en el gaitero que acompañó a los danzantes en el año 20 en Pamplona, el cual formó pareja con Lumbreras posteriormente. Las melodías recogidas pertenecen a las danzas Cachucha, Erregue—Emperador, Makila danza y Burrumba-Modorro. No figuran ni el Pasacalles, ni la Jota.
Las siguientes partituras son de 1928 y son obra de Manuel Saralegui, hijo de Manuel Saralegui, gaitero de Morentin. Manuel fue gaitero en Otsagabia a finales del siglo XIX y las partituras son transcripciones hechas por su hijo tomadas de viva voz de la persona que las tocaba hace cuarenta años en Ochagavía (Villafranca, R. y Aldaia, A.M., 1996, 93), por lo que nos hablan de las melodías de final del siglo pasado. Las partituras contienen cuatro danzas (Emperador, Cachucha, Danza y Pañuelo), pero faltan Modorro, la jota y el pasacalles.
PRESENTACIÓN
El día 7 es el día de vísperas de las fiestas patronales de Otsagabia, que se celebran en honor a la Virgen de Muskilda. Ese día, tras visitar a media tarde la casa del mayordomo del Patronato o Cofradía de Muskilda, los danzantes bailan Katxutxa y Jota vestidos con el traje de salacencos. Tras tomar algo ofrecido por el mayordomo, se encuentran con las autoridades en el Puente de Medio y continúan hacia la iglesia bailando el Pasacalles (que se interpreta en todos los desplazamiento...leer más
Las danzas de Otsagabia se inscriben dentro de las actividades que se realizan en el Patronato de Muskilda y se ven reflejados en los “Paramientos y Usos del Patronato Mere Lego de Muskilda”, redactados en 1977:
“Los danzantes, establecidos de inmemorial, acompañan y honran a Santa María en solemnidades, gozos y procesiones”...; al efecto se “habrá de proveer respecto de todas las cosas necesarias y tocantes a su organización y buen orden...leer más
Ocho dantzaris y el Bobo
La indumentaria. La ermita de Muskilda
MULTIMEDIA
Danzantes: Todos los danzantes son masculinos. Entre los danzantes, la ropa varía del día 7 al día 8. La ropa la guardaba la Serora de Muskilda y los danzantes se la recogían el día 6. Hoy en día, la ropa se guarda en locales del ayuntamiento: la ropa que ya no se usa, la antigua, en el archivo; y la ropa que se utiliza, en un piso del ayuntamiento que recibe el nombre de “ropero”. Desde hace unos ...leer más
Las danzas de Otsagabia se bailan al son de las gaitas.
Los datos documentales sobre los músicos que acompañaban las danzas de Otsagabia son más bien oscuros hasta el siglo XIX, recibiendo distintas denominaciones como Julares, tamboreros o, simplemente, músicos (Villafranca, R. y Aldaia, A.M., 1996, 52). Dado que en el mismo pueblo no los había, se los buscaba “en Francia” (Ídem, 53).
Desde comienzos del siglo XIX tenemos noticias de gaiteros, si bien los asientos de pagos hablarán siempre en singular: gaitero. Estos provendrán de la merindad de Estella: Oteiza (Merino), Cárcar (Díaz), Morentin (Saralegui), Dicastillo (Echeverría). Con este último entramos en el siglo XX, en el que veremos que, junto a las gaitas, otros instrumentos animan las danzas. En efecto, los clarinetistas de la banda de Otsagabia son los que llegan a interpretar a clarinete las melodías de las danzas y, posteriormente, ellos mismos aprenderán a tocar la gaita. Llegaremos a mediados de siglo con los músicos otsagiarras. No serán los únicos que acompañen a los danzantes durante esta centuria: los gaiteros de Aoiz (Zalba), Pamplona (Lumbreras, Fraile, Díaz), Estella (Montero, Elizaga) y Lumbier también pasarán, a lo largo de los años por las fiestas de Otsagabia.
Las primeras partituras aparecen en 1925 y están firmadas por un hijo del gaitero pamplonés Lumbreras que, entre 1922 y 1924 tocó en Otsagabia. Villafranca y Aldaia aventuran que puedan tener su origen en el gaitero que acompañó a los danzantes en el año 20 en Pamplona, el cual formó pareja con Lumbreras posteriormente. Las melodías recogidas pertenecen a las danzas Cachucha, Erregue—Emperador, Makila danza y Burrumba-Modorro. No figuran ni el Pasacalles, ni la Jota.
Las siguientes partituras son de 1928 y son obra de Manuel Saralegui, hijo de Manuel Saralegui, gaitero de Morentin. Manuel fue gaitero en Otsagabia a finales del siglo XIX y las partituras son transcripciones hechas por su hijo tomadas de viva voz de la persona que las tocaba hace cuarenta años en Ochagavía (Villafranca, R. y Aldaia, A.M., 1996, 93), por lo que nos hablan de las melodías de final del siglo pasado. Las partituras contienen cuatro danzas (Emperador, Cachucha, Danza y Pañuelo), pero faltan Modorro, la jota y el pasacalles.
Barber Arregui, F. (1981): Muskilda y sus danzas. Temas de Cultura Popular, nº384. Diputación Foral de Navarra. Pamplona
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