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El turismo cultural tiene el potencial de crear múltiples impactos positivos desde el punto de vista socio-cultural; si es gestionado adecuadamente. El fortalecimiento de la identidad cultural y el rescate del patrimonio cultural tangible e intangible son algunos ejemplos. Un estudio de la Comisión Europea y el Consejo de Europa destacó el potencial de las rutas culturales para la generación de pequeños negocios, el diálogo intercultural y la promoción de la imagen de Europa en general. En la última década se han dedicado numerosos proyectos y, en particular, fondos europeos, a la creación de productos turísticos temáticos y rutas culturales. Este es el caso de La Ruta de los Omeyas o “Umayyad Route”, que ha sido rescatada a través de un proyecto financiado la Unión Europea con el propósito de mejorar la cohesión territorial mediterránea a través de la creación del itinerario de turismo cultural transnacional. Está liderada por la Fundación Pública Andaluza El legado andalusí y cuenta con una red de socios en siete países de la cuenca mediterránea: España, Portugal, Italia, Túnez, Egipto, Líbano y Jordania. A través de entrevistas a la entidad coordinadora y a los gestores de las rutas nacionales, este artículo analiza cómo la Ruta de los Omeyas está contribuyendo a realzar el rico patrimonio legado de la dinastía de los Omeyas en su expansión a lo largo del Mediterráneo y a ser un puente de colaboración entre el Este y el Oeste. Describe además los problemas y retos a superar para la promoción del patrimonio compartido y el entendimiento entre culturas y territorios.