INGURUTXO DE UITZI

PRESENTACIÓN

FICHA TÉCNICA
Descripción breve: 

El ingurutxo es una suite de danzas que se baila en parejas alrededor de la era o plaza en sentido contrario a las agujas del reloj. El ingurutxo de Uitzi nos llegó al siglo XX compuesto por tres danzas: inguru handia, inguru txikia y Bilantziko o zortziko. A ellos se añadía el fandango y la porrusalda o bizkaiko. Actualmente no se baila de forma continuada.

Pueblo:

CUÁNDO
Fecha: 
29 de septiembre (fiestas patronales, cuatro días)
Periodicidad: 
Esporádicamente
DÓNDE
Lugar: 
Uitziko Plaza
Geolocalización: 
DESCRIPCIÓN

El Ingurutxo en Uitzi se baila de manera esporádica durante las fiestas patronales. Y cuando se hace no siempre se baila en su totalidad. La duración del ingurutxo depende de la voluntad de los txistularis y dantzaris. De hecho, el ingurutxo cuenta con tres danzas: Inguru handia, Inguru txikia y Billantzikoak. Entre los Inguru handiak se hacen puentes (zubiak). La primera pareja levanta el pañuelo que la une y el resto de bailarines pasan por debajo. A continuación, el primer y último dantzar...leer más

Descripción histórica: 

El ingurutxo de Uitzi se dejó de bailar hacia 1948. En sus últimos años se bailaba, esencialmente, en las fiestas patronales, pero antiguamente podía ser bailado en otras ocasiones, como pueden ser los carnavales (Beltran, 2016, 14). En estas ocasiones, si no había músicos, los participantes cantaban las melodías o se acompañaban de alguna armónica ocasional.
En 1967 el grupo Argia Dantza Taldea, de Donostia, comenzó a investigar los ingurutxos del Valle de Larraun. En 1969 llevaron al e...leer más

Participantes-dantzaris: 

Es libre

MULTIMEDIA

GALERÍA DE VIDEOS
Ingurutxo de Uitzi. 2021. Ortzadar y Uitziko Gazteria
INDUMENTARIA

Ropa de calle

MÚSICA
Instrumentos: 
Txistu y tamboril
Autor de las grabaciones: 
Ortzadar Txistulariak
Evolución: 

Los txistularis se contrataban para fiestas. Cuando la cuadrilla de jóvenes tenía dinero, también se contrataban por carnaval:

Los tamborileros y músicos eran contratados generalmente una o dos veces al año. Una para las Fiestas Patronales, que era fija, y según las posibilidades económicas del momento los jóvenes podían contratarlos también para carnavales (Beltran, 2016, 14).

Ya hemos nombrado al txistulari que tocaba en las fiestas de Uitzi a comienzos del siglo XX: Xalbador Mutuberria con su hijo al atabal (Beltran, 2016, 20). Esta pareja cambió los papeles los últimos años de su paso por Uitzi. El hijo comenzó a tocar el acordeón y el padre lo acompañaba con el atabal (Ibidem, 21).
Los Mutuberria acudieron a Uitzi hasta finales de los años 30 del siglo pasado. Enseñaron el txistu a un grupo de Uitzi que fue el encargado de tocar el Ingurutxo hasta que este se dejó de bailar en 1948 (Ibídem, 22).
La principal fuente de información sobre las melodías del Ingurutxo de Uitzi las encontramos en el cuaderno supuestamente escrito por Zipriano Garro, que era organista en Uitzi. Desconocemos a quién tomó la música el transcriptor.
Con posterioridad, el P. Donostia recibe en 1934 unas partituras de Manuel Viscarret, que titula «Larraungo Ingurutxoak» y que procederían de «Xubita, el zarra» (Donostia, 1994, 2131). No se especifica el pueblo de origen. Beltran compara las partituras del manuscrito de Uitzi con las que ofrece Donostia:

1575.- Larraungo Ingurutxoak 1 (similar a la danza número 8 de Uitzi).
1576.- Larraungo Ingurutxoak 2 (danza del InguruTxiki con muchas variaciones).
1577.- Larraungo Ingurutxoak 3 (la primera parte es como la primera del número 9 de Uitzi y la segunda como la segunda parte de la número siete de Uitzi.
1578.- Larraungo Ingurutxoak 4 (Tiene algún parecido con la quinta parte de la número 9 de Uitzi).
1579.- Larraungo Ingurutxoak 5 (similar a la número 7 de Uitzi) (Beltran, 2016, 16).

A partir de esta comparación y teniendo en cuenta que en los años que recibe Donostia esta documentación es probable que los txistularis que tocaban en Uitzi fueran los zubietarras Xalbador Mutuberria y su hijo, Beltran se atreve a aventurar que «Xubita» pudiera ser «Zubieta». «El zarra» (de zaharra, viejo) sería un apodo que lo distinguiría de su hijo, que le sucedería en el cargo. «Quién sabe«, concluye Beltran (Beltran, 2016, 16)