La Sagar dantza se baila en Arizkun durante la mañana del martes de carnaval y es bailada por cuatro dantzaris, llamados sagar dantzaris. Antiguamente era una danza bailada por hombres solos, pero desde hace unos años (desde 2004), las mujeres también participan de la danza. Los y las dantzaris son acompañados por dos botilleros que portan bebida y un cesto en el que llevan las manzanas que se utilizan en la danza.
La comitiva de carnaval parte del Ayuntamiento, don...leer más
La Sagar dantza se baila en Arizkun durante la mañana del martes de carnaval y es bailada por cuatro dantzaris, llamados sagar dantzaris. Antiguamente era una danza bailada por hombres solos, pero desde hace unos años (desde 2004), las mujeres también participan de la danza. Los y las dantzaris son acompañados por dos botilleros que portan bebida y un cesto en el que llevan las manzanas que se utilizan en la danza.
La comitiva de carnaval parte del Ayuntamiento, donde pueden bailar tanto en su interior como en el exterior, para dirigirse después por las calles del pueblo visitando casas señaladas, así como bares. En estas paradas se baila la Sagar dantza.
El trayecto entre las casas es amenizado por los txistularis que solían tocar “pasacalles y, a partir de 1970 el popularmente denominado Zortzikoa o Ingurukoa. Estos últimos años también la Mozorro dantza u otras piezas tradicionales, como los aires de soka dantza” (Larralde, 2017, 29)
La Sagar dantza de Arizkun ha sido la única que se ha mantenido ininterrumpidamente en Baztan. Las Sagar dantzak de Baztan, como el resto del folklore, llegan muy débiles al siglo XX. Las condiciones socioeconómicas que originó la última carlistada (1872-1876) y la llegada de otros modelos o modas coreográficas (jota, polka, vals, etc.), así como instrumentales (instrumentos sonoros o grupos musicales), convergen en el tiempo y las viejas costumbres se van arrinconando. El txistu y ...leer más
La Sagar dantza de Arizkun ha sido la única que se ha mantenido ininterrumpidamente en Baztan. Las Sagar dantzak de Baztan, como el resto del folklore, llegan muy débiles al siglo XX. Las condiciones socioeconómicas que originó la última carlistada (1872-1876) y la llegada de otros modelos o modas coreográficas (jota, polka, vals, etc.), así como instrumentales (instrumentos sonoros o grupos musicales), convergen en el tiempo y las viejas costumbres se van arrinconando. El txistu y los bailes tradicionales van dejando espacio a las nuevas modas. A ello se unen las medidas y normas contra los carnavales o contra algunas de sus manifestaciones, normas que se han dado desde hace mucho tiempo, pero que ahora el Estado y la Iglesia tienen capacidad de imponer.
Todo esto influyó en el folclore de Baztan. En el caso de las Sagar dantzak, irán poco a poco desapareciendo excepto la Sagar dantza de Arizkun. Quizá la retirada de la mantelina o pañuelo que cubría el rostro de los sagar dantzaris permitió mantener la Sagar dantza. O la adhesión del pueblo a la tradición. Ello no quiere decir, sin embargo, que la tradición se haya mantenido anualmente. De hecho, como dice Larralde, no se bailó en el periodo 1967-1969, ni un año del intervalo 1987-1992 (Larralde, 2017, 31).
En este camino de mantenimiento de la tradición se han dado más cambios. A falta de noticias de cambios anteriores al siglo XX, los que conocemos se han producido en ese siglo y la noticia de estos nos la da Patxi Larralde (2017). En los pueblos pequeños, en los que la juventud se agrupaba en una cuadrilla, era costumbre elegir la figura de los mayodomos entre los jóvenes, figura que ejercía una especie de “autoridad” en el contexto festivo. En Baztan se los denominaba y denomina Danbolinausiak. Entre las funciones de estos se encontraba la organización de fiestas (bailes, contratos de músicos, etc.). Una de las características del cargo era el inicio de los bailes. En el caso de Baztan participaban en algunos puestos de honor de algunas danzas. Aunque las Sagar dantzak de Baztan eran bailadas por los danbolinausiak y sus lagunak esta costumbre no se mantiene desde hace al menos treinta años (Larralde, 2017, 30).
No es este, sin embargo, el único cambio. Un cambio importante es el que se ha dado a nivel social: como decíamos más arriba, la Sagar dantza era un baile de chicos, pero desde 2004 también participan chicas.
En cuanto al horario, Larralde (2017) considera que a principios del siglo XX "se bailaba también por la mañana, dentro de la comparsa de damas y disfraces, como una danza incluida en el recorrido". La tradición de bailar por las mañanas surgió hacia 1990, pero antes y durante "décadas" (Larralde, 2017, 29) se hacía por la tarde.
Por último, y siguiendo el trabajo de Larralde, la costumbre de tirar manzanas al público "proviene de una actuación folklórica realizada hacia 1971, Esto se trasladó al pueblo y se ha tornado costumbre aunque no siempre se tiene en cuenta" (Larralde, 2017, 30).
Desde el punto de vista de la danza, los maestros de danza han ido cambiado con el tiempo y con ellos la danza, probablemente, también lo han hecho. Muchas veces el trabajo del maestro de danza ha sido también el del txistulari, o viceversa. Así, y siguiendo a Patxi Larralde (Larralde, 2017), Antonio Elizalde, que aprendió Sagar dantza de J.M. Jaurena o de los sagar dantzaris de Arizkun (o de ambos), enseñó a muchos jóvenes de Arizkun a bailar la Sagar dantza local y la transmitió también a quienes fueron los futuros txistularis oficiales de Arizkun: su hijo Maurizio y Jabier Larralde” (Larralde, 2017, 31). Larralde se ha mostrado convencido de que en esa transmisión se produjeron "cambios involuntarios": “Tengo la impresión de que en esta época (comienzos del siglo XX) la danza sufrió alteraciones involuntarias, fruto del poco cuidado y atención a la misma, y de que Antonio Elizalde la habría aprendido de Pixu y de los danzantes de Arizkun de esa forma y así la transmitió… No es de extrañar que unas danzas… con una transmisión no apuntalada e interpretadas por txistularis… autodidactas, en el instrumento y en la propia danza -como parece que fue el caso de Pixu según nuestros informantes- diera lugar a alteraciones y enredos involuntarios… a la desaparición de fragmentos y evoluciones" (Larralde, 2017, 34).
La transmisión de la danza ha recaído en los txistularis y una vez que Antonio Elizalde se jubiló (en 1949) esa transmisión recayó en Maurizio Elizalde y Jabier Larralde. Sin embargo, ambos actúan a su manera y eso ha influido en la danza. Ambos han sido responsables de la transmisión, pero en Arizkun, sobre todo desde la década de los años siete del siglo pasado, aquella lo fue de Jabier Larralde hasta que su hijo Patxi Larralde se hizo cargo de la misma, a mitad de la octava década del siglo pasado (Larralde, 2017, 31).
Una vez convertido en maestro de baile, Patxi Larralde influye en la coreografía de la Sagar dantza y crea cambios. Larralde ve diferencias a la hora de tocar la melodía entre Jabier Larralde y Maurizio Elizalde y las diferencias influyen en el baile. Ante este problema y comparando partituras, realiza ajustes en estas últimos y, por tanto, en la danza (Larralde, 2017, 34).
La Sagar dantza se baila en el contexto del carnaval y, por tanto, puede ser acompañada por personas disfrazadas (mozorroak)
MULTIMEDIA
Arizkun. Sagar dantza, 2017. Dantzan.eus
Arizkun. Sagar dantza. 2008. Dantzan.eus
Camisa y pantalón blancos con una faja roja a la cintura y un gran pañuelo colorido al cuello. El pecho es cruzado por una banda de color azul o roja y en la cabeza llevan un gorro cónico adornado con cintas multicolores. El calzado depende del tiempo: zapatillas blancas, zapatillas de deporte, botas…
Músicos:
Jo ala Jo Elkarteko txistulariak (Baztango Xulubitariak)
Patxi Larralde (2017) nos da una serie de txistularis que han podido interpretar la Sagar dantza de Arizkun: desde el último cuarto del siglo XIX y hasta 1906 Juan León Ustariz tocó el txitu acompañado al atabal por Juan Pablo Gamietea; a continuación y durante unos años, actuó Cipriano Iribarren Xamar, seguido de Juan Miguel Jaurena Pixu (al txistu) y Tomás Jaurena (atabal), estos últimos entre 1912 y 1924. Tras tres años sin bailarse, Jabier Larralde se encargará de seguir con la tradición, tanto en lo coreográfico como en lo musical. Jabier Larralde contará con la ayuda de su hijo Patxi desde mediados de la novena década del siglo pasado. En 2012 los txistularis oficiales de Arizkun son Xabier Durruti, Julian Elizalde y Patxi Larralde (Larralde, 2017, 31).
El amplio y brillante trabajo de Larralde en cuanto a las partituras (Larralde, 2017) es de agradecer, ya que ha comparado las partituras que han aparecido desde 1943 hasta ahora y ha realizado una crítica etnomusical de las mismas. La primera partitura se la debemos a Maurizio Elizalde y la hizo en 1943 a mano. La versión de Maurizio Elizalde fue recogida y corregida por Aita Donostia ese mismo año. La siguiente partitura la publica Dantzariak, revista de Euskal Dantzarien Biltzarra, en 1979. Según Larralde, fue enviada por Jabier Larralde (Larralde, 2017, 32) y es una partitura similar a la de Maurizio, pero transcrita en Sol Mayor. Patxi Larralde atribuye la diversidad de partituras de los próximos años a la notable variabilidad interpretativa de Maurizio Elizalde. Por último, hace una dura crítica al folklorista pamplonés Patxi Arrarás. Larralde dice que musicalmente Arrarás bebe de Aita Donostia y coreograficamente de Mª Elena de Arizmendi (Larralde, 2017, 33).
PRESENTACIÓN
La Sagar dantza se baila en Arizkun durante la mañana del martes de carnaval y es bailada por cuatro dantzaris, llamados sagar dantzaris. Antiguamente era una danza bailada por hombres solos, pero desde hace unos años (desde 2004), las mujeres también participan de la danza. Los y las dantzaris son acompañados por dos botilleros que portan bebida y un cesto en el que llevan las manzanas que se utilizan en la danza.
La comitiva de carnaval parte del Ayuntamiento, don...leer más
La Sagar dantza de Arizkun ha sido la única que se ha mantenido ininterrumpidamente en Baztan. Las Sagar dantzak de Baztan, como el resto del folklore, llegan muy débiles al siglo XX. Las condiciones socioeconómicas que originó la última carlistada (1872-1876) y la llegada de otros modelos o modas coreográficas (jota, polka, vals, etc.), así como instrumentales (instrumentos sonoros o grupos musicales), convergen en el tiempo y las viejas costumbres se van arrinconando. El txistu y ...leer más
Cuatro sagar dantzaris y dos botilleros
MULTIMEDIA
Camisa y pantalón blancos con una faja roja a la cintura y un gran pañuelo colorido al cuello. El pecho es cruzado por una banda de color azul o roja y en la cabeza llevan un gorro cónico adornado con cintas multicolores. El calzado depende del tiempo: zapatillas blancas, zapatillas de deporte, botas…
Patxi Larralde (2017) nos da una serie de txistularis que han podido interpretar la Sagar dantza de Arizkun: desde el último cuarto del siglo XIX y hasta 1906 Juan León Ustariz tocó el txitu acompañado al atabal por Juan Pablo Gamietea; a continuación y durante unos años, actuó Cipriano Iribarren Xamar, seguido de Juan Miguel Jaurena Pixu (al txistu) y Tomás Jaurena (atabal), estos últimos entre 1912 y 1924. Tras tres años sin bailarse, Jabier Larralde se encargará de seguir con la tradición, tanto en lo coreográfico como en lo musical. Jabier Larralde contará con la ayuda de su hijo Patxi desde mediados de la novena década del siglo pasado. En 2012 los txistularis oficiales de Arizkun son Xabier Durruti, Julian Elizalde y Patxi Larralde (Larralde, 2017, 31).
El amplio y brillante trabajo de Larralde en cuanto a las partituras (Larralde, 2017) es de agradecer, ya que ha comparado las partituras que han aparecido desde 1943 hasta ahora y ha realizado una crítica etnomusical de las mismas. La primera partitura se la debemos a Maurizio Elizalde y la hizo en 1943 a mano. La versión de Maurizio Elizalde fue recogida y corregida por Aita Donostia ese mismo año. La siguiente partitura la publica Dantzariak, revista de Euskal Dantzarien Biltzarra, en 1979. Según Larralde, fue enviada por Jabier Larralde (Larralde, 2017, 32) y es una partitura similar a la de Maurizio, pero transcrita en Sol Mayor. Patxi Larralde atribuye la diversidad de partituras de los próximos años a la notable variabilidad interpretativa de Maurizio Elizalde. Por último, hace una dura crítica al folklorista pamplonés Patxi Arrarás. Larralde dice que musicalmente Arrarás bebe de Aita Donostia y coreograficamente de Mª Elena de Arizmendi (Larralde, 2017, 33).
Arraras Soto, Patxi (1987): Danzas e Indumentaria de Navarra. Merindad de Pamplona (II). Institución “Príncipe de Viana”, Pamplona. Pp.18-24.
Donostia, Aita (1994). Obras Completas, Vol IX, Cancionero Vasco, IV Danzas.
Euskal Dantza Herrikoiaren Soinua: Sagar dantza. Dantzariak, nº 8, 1979. Euskal Dantzarien Biltzarra, Bilbao. p. 46
Larralde Elizalde, Patxi (2017): Las Sagar dantzak del Valle de Baztan. Txistulari, nº248-249...leer más
En el contexto de la Sociedad Jo ala Jo
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