ZORTZIKO DE ARRUAZU

Iruña Taldea recupera la danza a partir de la información que reciben de Pedro Arratibel y Jose Mari Ganboa, que bailaron el zortziko. La iniciativa para la recuperación del Zortziko surgió en el interior de Arbazuko Euskera Taldea, en el que encontraban Patxi Satrustegi “Kuatelekoa”, Peio Betelu, Aitor Satrustegi, Gorka Ovejero… En un principio se aprendió según los dictados de Iruña Taldea, de modo que se hizo una réplica de lo presentado en su momento por este grupo: danzas, música y vestimenta. Sin embargo, a partir de ahí se tomó en cuenta la grabación de las melodías que se conservaba en el pueblo y se contrató a los gaiteros de Etxarri-Aranatz en lugar de los de Pamplona. También se decidió que el día en que se bailara fuera el viernes de inicio de las fiestas.

Desde que se recuperó el zortziko, el primer dantzari siempre ha sido un chico, pero este año (2019)  se ha decidido que en adelante será una chica: "Entre los jóvenes han ensayado y quien mejor se ha adaptado a lo que han ensayado ha bailado este año, pero la idea es hacer una rotación; y entonces el año que viene ya bailará otro y así. Eso es lo que se ha decidido ahora " (A.G., 2019)

Las primeras descripciones publicadas son sucintas y se las debemos a los Gaiteros de Pamplona y la Grupo de Danzas Iruña Taldea (Gaiteros de Pamplona, 1979). En un artículo titulado “Arruazuko Larrain Dantza”, recogen retazos de entrevistas realizadas a gaiteros de Estella y Etxarri-Aranatz, así como a arrazuarras y en ellos aparecen algunos rasgos de las danzas de Arruazu:

“[En Arruazu, el baile de la Era] sí, lo tocábamos cuando lo pedían. Al comienzo la Karrika dantza, luego alguna jota. Tan completo como los de Estella no, porque estos luego han ido añadiendo cosas. Para acabar se tocaba una jota… Recuerdo que íbamos a Arruazu a tocar el Baile de la Era” (Daniel Carasatorre, nacido en 1911)

“[Los gaiteros de Etxarri] tocaban el zortziko y un correcalles con pañuelos pasando por debajo. Se bailaba en fiestas tres días. Primero el zortziko, chica y chico con pañuelos. Luego la cadena, después del zortziko, después por todo el pueblo, dando saltos, se hacía una vuelta y casi siempre se iba hasta la posada y se tomaban unos refrescos” (Alejandro Ganboa, nacido en 1909).

“Se bailaba el zortziko, luego el correcalles y se iba a la posada a tomar un refresco… luego íbamos de dos en dos. Primero empezaba el tambor. Empezaba aquí y en fila hasta el Ayuntamiento; allí Zortziko dantza y otra vuelta, así tres veces. Luego la cadena de uno en uno en parejas y daba vueltas a todo y luego marchábamos al bar; luego volvíamos con la cadena y se echaba otra vez el Zortziko dantza. Luego se paraba y empezaban las jotas” (Pedro Arratibel, nacido en 1909). 

A partir de estas notas y de su propia investigación, el grupo de dantzas Iruña Taldea presentó “Arruazuko Larrain Dantza”. Mikel Aranburu da cuenta de la estructura dada a esta “Larrain dantza”: 

“1. Con la melodía en 2/4 que Azkue recogió a Karasatorre en Etxarri Aranaz y que tituló Dantzaki (núm. 89) y que los actuales informantes aún recuerdan, el mayordomo o primer danzari baila seguido del resto de jóvenes, chicos y chicas, formando un círculo y unidos todos por pañuelos en cadena o soka. Sólo baila el primero y termina la frase musical con vuelta, tijera y saludo con rodilla en tierra hacia las autoridades. Los componentes del grupo pamplonés denominan a este baile ‘Alkate dantza’.

2. Sin apenas interrupción, la soka se deshace y cada chico se sitúa la lado de su pareja unidos ambos mediante el pañuelo. El músico toca la muy popular ‘Karrika dantza’ y los danzaris bailan al modo habitual esta tan extendida forma del Inguru Haundi con la particularidad de hacerlo algo más pausadamente y volviéndose ligeramente cada danzari hacia su pareja a medida que avanzan. En este momento realizan los puentes que efectúan sin detenerse, es decir, avanzando el grupo y sin dejar de bailar. Y,los hacen repetidamente, pues al llegar la última pareja a la primera posición se inicia un nuevo puente.

3. Interrumpen el baile al llegar a la taberna (simulada par Iruña Taldea por imperativo escenográfico) y lo reanudan tras el descanso con la misma Karrika dantza (que denominan Cadena).

4. Se añaden después la Jota, el Vals y las Boleras de acuerdo con las melodías recogidas por los Gaiteros de Pamplona” (Aranburu, 1997, 22)

La siguiente publicación corresponde con el trabajo póstumo de Patxi Arrarás, elaborado por J.C. Labeaga. Las obras de Arrarás mantienen la tradición de no citar las fuentes, pero su descripción coreográfica es tenida por coherente y verosímil por M. Aranburu (1997) en su excelente trabajo sobre el Zortziko de Arruazu. Arrarás denomina a la danza Giza dantza y añade que “pertenece a la familia del Ingurutxo”(Arrarás, 1987, 47). Estaríamos ante una suite de danzas de la que  “no ha sido posible conocer todas las partes de que se componía esta danza. Únicamente hemos podido recoger cuatro de sus partes musicales y coreográficas independientes entre sí: Soka dantza, Zortziko, Ingurua y Pañuelo dantza”. La primera se trataría de una “invitación al baile y la formación de las parejas”. Los mayordomos y ayudantes, junto con las mayordomas y compañeras de los ayudantes, abrirían el baile formando “una fila que avanza en torno al txistulari, colocado en el centro de la plaza, y marcan casi imperceptiblemente el ritmo musical, un paso en cada parte del compás. Los bailarines van unidos por pañuelos de vivos colores y marchan… en sentido inverso a las agujas del reloj” (Arrarás, 1987, 47). A esta primera fila se van incorporando más parejas y dura hasta que se añade la última. A continuación, mientras el atabalari sigue marcando el ritmo,  “el mayordomo último de la soka se une con el que va en cabeza y, cogiéndose de la mano, alzan sus brazos en forma de arco, bajo el cual pasa toda la fila de bailarines”. Tras él, el mayordomo vuelve a su puesto y se inicia el Zortziko “que bailan solamente los dos mayordomos, sin desprenderse de sus pañuelos que les une a la fila de danzaris. Al mismo tiempo que avanzan bailan con los movimientos coreográficos clásicos y propios del zortziko: pasos, cruces de pies, entrechats, etc. etc.” (Arrarás, 1987, 48). A continuación se baila “la tercera parte del Giza dantza, llamada Ingurua. La fila o soka de bailarines, unida por pañuelos, continúa su giro en torno a la plaza. Cuando el txistulari da comienzo a las nuevas melodías del Ingurua, se inicia la danza dando un paso-saltito del valor de una negra, en la primera parte del compás, colocando el pie derecho un poco cruzado delante del izquierdo, y dos pasitos-corchea en la segunda parte, con pies alternos. El cuerpo de los bailarines hace un leve movimiento de oscilación de derecha a izquierda. Cuando el txistulari lo juzga oportuno pone fin al Ingurua, aunque el tamborrero continúa marcando el mismo ritmo anterior, necesario para la cuarta parte, llamada Pañuelo dantza. Se baila esta última parte de la danza con el mismo paso coreográfico que la anterior, avanzando siempre en traslación alrededor de la plaza. Cada pareja va unida por un pañuelo y formando dos filas rondan una en por de otra, yendo las muchachas en la derecha. Ya l igual que en el Ingurua, el cuerpo de los danzantes realiza una pequeña oscilación de derecha a izquierda. Sin duda alguna, aquí finalizaba el Giza dantza, pero con posterioridad se añadieron dos nuevas formas coreográficas, el Fandango y la Porrusalda. El primero se baila haciendo un gran círculo, y la segunda en líneas paralelas que avanzan y retroceden en vaivén lateral, estableciendo también un picado in situ con vuelta final para ambos movimientos coreográficos de la Porrusalda” (Arrarás, 1987, 47).

Para su trabajo sobre el Zortziko de Arruazu, Mikel Aranburu trae a colación los datos ofrecidos por “actuales vecinos informantes”. Aún reconociendo que las son “imprecisas declaraciones”, pone en valor los siguientes datos: “[Habría] una primera figura en círculo abierto formado por hombres y mujeres unidos por pañuelos que se bailaba en la plaza (situada en el extremo Oeste del amplio espacio rectangular que se conoce como calle Mayor y en cuyo extremo este se encuentran, en el mismo edificio, el Ayuntamiento y la Posada)” (Aranburu, 1997, 22). Los informantes divergen si en esta primera figura o en una segunda repetición, se hacía el puente por debajo del cual pasarían todos los dantzaris. No queda claro si está realizado por los dos primeros dantzaris o por el primero y último. A continuación, y sin detenerse, “los danzaris se colocan por parejas manteniendo la formación circular, para lo cual es suficiente con que el varón pase a la izquierda de su compañera por dentro del círculo. Según otros testimonios, es en este momento cuando se efectúan los puentes que necesariamente deben hacerse por parejas. En un momento dado, con una melodía determinada, el grupo estira el círculo para desplazarse a lo largo de la Calle Mayor… y se interrumpe el baile al llegar a la Posada… Tras el descanso, el grupo vuelve a formarse para regresar bailando de nuevo a la Plaza. Terminada esta figura, se rompía la formación y por parejas o grupos se bailaban jotas y porrusaldas” (Aranburu, 1997, 23).

En su artículo Mikel Aranburu hace una propuesta de recuperación, pero para entonces ya está en marcha la recuperación basada en la información y enseñanza ofrecida por Iruña Taldea.